parece que me abraza el invierno
y me siento sola y con frio
y te busco en lo cotidiano:
en una estación de metro,
en mi mano que no encuentra la tuya,
Cada vez que emprendes el regreso,
el deseo se exilia en el filo de la noche,
los labios se cierran a los besos,
cada poro de piel es un abismo
y errantes las caricias sin destino
se abrazan a la ausencia, insomnes.
Y me quedo en la espera, queriéndote,
restando días mientras te extraño,
enmudeciendo los silencios que asaltan,
flotando en las mareas del corazón,
enhebrada a la tempestad de la vida
como naufraga en un mar sin labios.
Junio
2012